martes, 12 de marzo de 2013

De sueño modernista a vertedero ilegal.

Construidas a principios de los años veinte por los arquitectos Antonio Tenreiro y Peregrín Estellés como lugar de veraneo de la familia Bailly, gallegos de renombre afincados en Madrid, las casas modernistas de la NVI vivieron un despertar esplendoroso que nada tendría que ver con su futuro solo 90 años después.
 
 
Pocos edificios de aquella época no han visto su historia marcada por la guerra civil y las casas Bailly no iban a ser menos. La propiedad fue incautada y pasó a pertenecer a la Falange, sirvió para ocultar presos republicanos, como escuela de mandos franquistas y como sede del Sindicato Vertical, para convertirse finalmente en escuela de productores. Luego se cerraron.
Es aquí, en este punto de la historia, donde la construcción pasó a convertirse en lo que es hoy en día, las ruinas de un tiempo mejor. Abandonada por el Ayuntamiento de Cambre la propiedad se ha ido deteriorando, ha sufrido el expolio, la degradación del paso del tiempo, la invasión de la impetuosa vegetación gallega y varios incendios, el último el pasado mes de Agosto.
 
 
Un incendio que dejó en evidencia la necesidad de buscar una solución al estado de la casa, cuyos terrenos habrían estado prácticamente inaccesibles para los bomberos si unos meses antes  el equipo de rodaje de José Luis Cuerda no hubiese adecentado la zona para rodar algunas escenas de su película Todo es Silencio.
Ante la imposibilidad de hacer frente a una obra que rondaría los 3 millones de euros el ayuntamiento ha procedido recientemente a tapiar el edificio para evitar nuevos incidentes. El problema se encuentra ahora en los terrenos que lo rodean. Desde hace unos meses han ido apareciendo montones de escombros, sofás, botellas, bolsas y un sinfín de desperdicios que amenazan con convertir la zona en un auténtico vertedero ilegal. Una amenaza estética y ambiental que puede causar todo tipo de problemas sanitarios tanto por posibles cortes e infecciones como por la presencia de materiales tóxicos que además se filtran al suelo con las constantes lluvias.
 
 
Hemos creado una sociedad que mira con ojos impasibles el deterioro de su arte, que menosprecia su historia y que hace lo mismo con su futuro. La falta de educación medioambiental y cultural es una de nuestras grandes lacras. En una comunidad que es un auténtico paraíso natural y arquitectónico muchos prefieren dejar  su basura en cualquier lugar en vez de depositarla en un punto limpio, a algunos les gusta dejar su marca en edificios ya deteriorados por el simple placer de hacerlo y otros, la mayoría, preferimos mirar para otro lado.

2 comentarios:

  1. Me alegra poder deciros que, trás un par de emails al Concello que no sé si han tenido o no que ver, ya han limpiado de basura el entorno de las casas. Sin duda una gran noticia.

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  2. Ese lugar esta lleno de almas en pena,tienen que desenterrar a los republicanos que hay ocultos en sótano y alrededores

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