lunes, 25 de marzo de 2013

Paseando por León: La catedral gótica.


Cuenta una leyenda que un gran topo emergía cada noche de los cimientos destrozando todo aquello que canteros y artesanos habían construido durante el día. Es por eso que la Catedral de León quedó paralizada durante 50 años hasta que, en 1255, Alfonso X el Sabio y el obispo Martín Fernández retomaron su construcción. Aún tendría que soportar otros 50 años más de obras para dar por terminado el edificio y siglos de reformas para llegar a mostrarse en todo su explendor.
 De estilo gótico, como Nötre Dame, la catedral se alza majestuosa sobre el centro de León, sola, sin edificios que le roben el protagonismo en un ambiente mágico y diáfano. Su porte impecable hace que parezca sacada de un cuento. Fuera, pero también dentro, destacan sus vidrieras.

El conjunto de vidrieras de la catedral de León cuenta con 134 ventanales y 3 grandes rosetones y es, sino el más importante del mundo, al menos uno de ellos junto al de la catedral de Chartres. La luz se filtra de una manera especial por estos cristales que nos muestran desde escenas bíblicas hasta motivos vegetales. Si desde el exterior el resultado es de una belleza destacable, desde dentro el sol se cuela a través de los diversos colores llenando todo el espacio de una luz muy especial, como si se encontrase llena de focos dispuestos a revelarnos  los secretos más oscuros que este histórico edificio guarda entre sus paredes.

 

Pero estos no son sus únicos encantos. Al mirarla de lejos las torres góticas, pertenecientes a diferentes periodos de construcción, son las encargadas de darle su aspecto característico. Al acercarnos más y rodearla destacan también sus pórticos, máximo exponente de la escultura gótica española. Una vez en su interior llama la atención el altar mayor y varios sepulcros, entre ellos el del Rey Ordoño II que nos traslada a una parte casi olvidada de la historia. Más desapercibidas pasan las pinturas, en su mayoría pertenecientes a Nicolás Francés. Y justo antes de abandonar sus muros ahí está, colgada de un gancho como un recuerdo permanente del esfuerzo constructivo, la piel del topo abatido por los trabajadores que lograron así dejarnos esta joya arquitectónica.
 
Desde aquí os mando un saludo.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario